Antes de firmar un contrato hay que estar seguro de qué es lo que aceptamos, qué recibimos a cambio, y de si es absolutamente válido lo que estamos firmando. Para asesorar correctamente a nuestros clientes seguimos un proceso lógico:
- Escuchar y entender qué es lo que se pretende por ambas partes.
- Negociar en los casos necesarios, para garantizar el máximo a nuestros clientes.
- Preparar la documentación.
- Volver a negociar si hay necesidad.
- Asistir al cliente en la firma si se considera conveniente.
Sea en el ámbito privado, en el mercantil, o con la administración, conviene asegurarse al máximo de hacer una buena negociación y contratación. constantemente aceptamos condiciones contractuales que ni siquiera conocemos bien, en muchos casos en perjuicio de nuestros intereses o de nuestra futura posición jurídica en caso de conflicto. Además de ello muchos contratos tendrán implicaciones fiscales que hay que prever. Hacer una consulta a tiempo es la mejor opción.